En todas partes se respira la Navidad, en vísperas de nochebuena el Metroblog también se une a las fiestas, con una historia acerca del origen de las luces en el árbol de Navidad.
En los años 1400 a 1500 cuenta la historia que Martin Lutero fue a componer un sermón para predicar en la Iglesia, inmerso en sus pensamientos no se dio cuenta del paso del tiempo se hizo tarde y era muy oscuro.
En aquella época en los bosques de Alemania vivían muchos lobos, osos y animales salvajes, por lo que Martin empezó a tener miedo, especialmente cuando empezó a oir los sonidos de la noche en el bosque. Apreuró sus pasos diciendo una oración para reconfortar a su camino. Alzó la vista a través de los árboles, vió pequeños pinchazos de la luz, que parpadeaban de color azul y plata. Sorprendido se dio cuenta que eran las estrellas, las luces del cielo para guiar y reconfortar. Como la estrella que guió a los Magos hasta el establo de la primera Navidad.
La luz de Dios enviada para guiarnos a través de la noche más oscura.
Martin pensó que se trataba de un tema espléndido para su sermón, y se sintió más seguro ahora que se sentía a salvo en manos de Dios, miró a su alrededor y vió un pequeño árbol. Se detuvo y cogió este pequeño abeto para llevarlo a casa con su familia.
En Alemania por aquella época, era costumbre tener un candelabro en forma de triángulo, que se mantenía con velas durante toda la temporada de Navidad.
También era la costumbre en muchos hogares tener un árbol de Navidad, y con frecuencia eran colgados boca abajo de las vigas del techo, sin ninguna decoración, se utilizaban como un recordatorio pues la forma del árbol, de forma triangular, representa la divina trinidad: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
Martin se llevó a casa el arbolito, pero no lo hizo colgar de la viga. En su lugar, lo puso en una olla sobre la mesa, tomó las velas de los candelabros, y las fijó al pequeño árbol.
Encendió las velas, y mientras las llamas parpadeaban a través de las ramas, reunió a su familia alrededor de la mesa y les habló de su paseo por el bosque oscuro. Justo cuando estaba empezando a tener mucho miedo, dijo, ví las estrellas titilantes, como si Dios estuviera diciendo: «¡No tengáis miedo, porque yo estoy contigo».
«Dios, la luz brilla a través de la noche más oscura para todo el mundo», dijo, «Pero a veces tenemos que mirar hacia arriba para ver»
La leyenda cuenta que esta fué la primera vez que se puso una vela en un árbol de Navidad. Y es por eso que se siguen poniendo luces en el árbol de Navidad hasta el día de hoy, para recordarnos que:
La luz brilla a través de la noche más oscura para todo el mundo
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